TÍO VANIA: en la raíz de nuestro teatro

Críticas, España, Reseñas

Por Marta Alejandra García Rojas (Escuela Municipal de Arte Dramático de Madrid) / 21 de enero de 2024

Compartir con doscientos espectadores silenciosos y atentos en la Sala Guirau del Teatro Fernán Gómez de Madrid, Tío Vania de Antón Chéjov, dirigida por Juan Pastor con su Compañía La Guindalera es un acontecimiento necesario de ubicar en la Historia de nuestro Teatro Nacional con el objeto de comprender la dimensión y valor inestimable de este montaje, aplaudido con fervor al finalizar la función. 

Foto de Susana Martín

Si recorremos el árbol genealógico de nuestro teatro nacional desde finales del siglo XX hasta nuestros días, se descubre que La Guindalera y Juan Pastor se entroncan junto a personalidades de nuestra escena dramática responsables del desarrollo artístico y pedagógico del Teatro en nuestro país, tales como William Layton, Miguel Narros o Jose Carlos Plaza entre otros, que provocaron un viraje en nuestra creación escénica hacia la búsqueda de una interpretación del personaje y del análisis de la dramaturgia que propicia comportamientos orgánicos del actor y la actriz al encarnar un personaje. Hoy, Juan Pastor es uno de los herederos directos de esa genealogía de investigadores, creadores y directores escénicos que trajeron a España los descubrimientos escénicos de Konstantín Stanislavsky, Vladímir Nemiróvich-Dánchenko, María Osipovna Knebel y del Teatro de Arte de Moscú, cuya aplicación hizo posible escenificar con éxito la dramaturgia de Antón Chéjov. Por tanto, el valor incalculable de este montaje reside en la posibilidad, que Juan Pastor brinda al espectador, de disfrutar de toda la sabiduría de una tradición de interpretación y escenificación de los textos de Antón Chejov.   

Foto de Susana Martín

La propuesta de Pastor se estructura rompiendo la cronología lineal. En el pasado construye con extrema maestría técnica y compositiva las escenas del texto original de Antón Chéjov, respetando el uso de la cuarta pared y de un espacio donde todo sucede. En el tiempo presente quiebra esa cuarta pared con los seis personajes dramáticos dirigiéndose al público para cuestionarse sobre aquellos mismos acontecimientos del pasado, ruptura brechtiana que sin duda incentiva la reflexión en el espectador al distanciarse de la ficción. 

En la construcción de las escenas de Antón Chéjov se contemplan auténticos bodegones y cuadros vivientes que recuerdan a Velázquez, a Juan Pacheco, a Zurbarán, gracias al trabajo escenográfico de María de Alba, la indumentaria de Teresa Valentín, la iluminación de Raúl Alonso y el movimiento escénico del director, Juan Pastor. Sí es de señalar las dificultades de visibilidad para el espectador en este Teatro Fernán Gómez con momentos en donde el director se arriesga al situar el foco de la escena en el fondo, la imagen secundaria en proscenio y los personajes de espalda.

La escenografía presenta dos planos que colaboran en la alternancia temporal, un telón transparente en el fondo del escenario y un espacio construido con mobiliario en el primer plano. El telón de fondo del escenario hace posible que los personajes permanezcan velados tras él y a la vista del espectador cuando observan la escena de Chéjov, con lo que el presente y el pasado se simultanean. Estas imágenes veladas propician una atmósfera irreal, onírica que da respuesta a la búsqueda del pensamiento reflexivo de Chéjov sobre la vida. Si bien esto sucede en el fondo de escena, en el primer plano se desarrollan las escenas de Chéjov, escenas con partituras de gran detalle junto a una utilería seleccionada por su carga simbólica y sinecdótica, con un mobiliario racional y pesado cuyo color nos lleva a lo terrenal, a los valores firmes y sólidos del Tío Vania y su sobrina Sonia. La indumentaria usa el color de forma metafórica para separar a los personajes de psicología terrenal y pragmática al vestirlos de gris o marrón – Tío Vania, Sonia, María, o Astrov–, de aquellos personajes volátiles caracterizados con el color blanco –Elena y Serebriakov–. 

El telón de fondo es usado de forma fastuosa al proyectar un cielo estrellado que transporta al espectador a la sensación temporal y espacial del infinito. Al tiempo, se mantiene el uso tradicional del oscuro en los cambios de actos dramáticos. Este telón de fondo estrellado le permite al director crear entradas y salidas de los personajes irreales con gran poesía. En todo este espacio escénico, el alarde interpretativo del elenco permite confirmar la necesidad del dominio técnico que el texto de Antón Chéjov exige. Desde la platea, se ve al elenco hacer a sus personajes pensar, sufrir, escuchar, dar vida a las líneas escritas del dramaturgo, relacionarse con los objetos, pasar por estados psicofísicos diversos y extremos. Todos estos elementos enmarcan una gama amplia de géneros escénicos –drama, melodrama y comedia– que solo el trabajo metódico y diestro de un director como Juan Pastor puede lograr. 

Foto de Susana Martín

El elenco posee un dominio de la técnica de interpretación y de la voz sobresaliente. Si bien usan un acento estandarizado, en su habla del texto sí se percibe diferencia entre los componentes del elenco, ya que cada intérprete emite el texto con estilos diferentes. Es de señalar que tres generaciones de actores y actrices conviven en escena de manera con lo que se escucha un estilo más clásico en los actores y actrices de más edad y un uso de la entonación lógica más natural en la más joven de las actrices. 

El elenco es un lujo que suma méritos a este montaje. Resulta un verdadero placer disfrutar del trabajo de Luis Flor en el papel de Tío Vania, Gemma Pina como Sonia, Aurora Herrero como María, José Maya como Serebriakov, Alejandro Tous como Astrov y María Pastor como Elena. 

Ser espectador de este Tío Vania dirigida con tal maestría y con un elenco que cautiva, confiere el privilegio de sumergirse en el misterio de una ficción transformada en una realidad escénica colmada de poesía.

TEATRO FERNÁN FERNÁN GÓMEZ (MADRID)
Del 18 al 28 de enero de 2024

Ficha artística. Vania: Luis Flor / Astrov: Alejandro Tous / Elena: María Pastor / Sonia: Gemma Pina / María: Aurora Herrero / Serebriakov: José Maya / Espacio escénico: Juan Pastor / Escenografía: María de Alba / Iluminación: Raúl Alonso / Espacio sonoro: Pedro Ojesto y Marisa Moro / Vestuario: Teresa Valentín-Gamazo / Diseño gráfico: María de Alba / Prensa: Manuel Benito / Autor: Antón Chéjov / Dirección: Juan Pastor / Producción: Guindalera Teatro SL

One thought on “TÍO VANIA: en la raíz de nuestro teatro

  • Con la descripción tan detallada que nos relata lo que acontece en el escenario, es fácil imaginar y recrearse con la interpretación de los personajes y la dirección de esta obra, el Tío Vania

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