LAS LOCURAS POR EL VERANO de Goldoni: a caballo entre la persona y el personaje

Críticas, España, Reseñas

Por María Gray (UNIR) / 7 de febrero de 2024

Se abren las puertas de acceso de  la sala Max Aub de Naves del Matadero y nos encontramos ante un inmenso telón de fondo en el que se diferencia, explícitamente, el bambalinón con una bandada de pájaros pintados sobrevolando el ocaso estampado en las cortina a tiras que constituye el telón de fondo por el que aparecerán y desaparecerán los actores durante toda la  función. La imagen nos transporta al pasado, a esos papeles pintados (art nouveau, art decó, Bauhaus, funcionalismo, pop art y op art) que llegaron desde Oriente a Europa y al resto del mundo colonizando hasta el último rincón de nuestra memoria. 

En los laterales, entre luces y sombras, los actores interactúan entre ellos y el atrezzo (gramófono, micrófono, sillones, sillas, pufs, carrito de bar) a caballo entre la persona y el personaje, cruzan de un lado a otro de un escenario completamente vacío, a cargo de Carolina González, e intensamente iluminado con premeditación y alevosía por Miguel Ángel Camacho, como si nadie los viera mientras el público toma asiento. De mostrar las costuras va la cosa.

Aunque la ficción ya ha comenzado hace 7 minutos, el actor Alberto Gómez Taboada, quien interpreta el personaje de Guglielmo, se dirige al público  rompiendo la cuarta pared como actor y como personaje a la vez. Les comunica en tono enamoradizo, como corresponde a su personaje, que van a representar una adaptación de la obra de Goldoni, Las locuras del veraneo. Les explica el argumento, presenta a los personajes y, finalmente, a la troupé, cantando una de las canciones adaptadas y compuestas por Eduardo Vasco, que apelan a la complicidad del público y abren el nuevo plano de ficción dentro de la ficción. 

La adaptación y dirección de Vasco atenta contra la sociedad de las apariencias poniendo en marcha un proceso autorreflexivo sobre las teorías y prácticas teatrales de los años 20, en una especie de comedia de enredos, musical, satírica, pastoril, que pasa por la comedia del arte, el astracán y, me atrevo a decir, incluso llegando al drama romántico en el que no hay manera de separar los asuntos estéticos de los sociales, los espirituales de los económicos, los dramatúrgicos de los políticos relativos al crecimiento económico de los felices años 20, años de  trepidantes cambios sociales entre los que surge una nueva generación de burgueses adinerados, generación ejemplarmente caracterizada con un vestuario de Lorenzo Caprile cargado de ironía. En este proceso histórico de transformación económica, entre otras cosas, se consolida el sector servicios representado por  los criados e interpretados con destreza, por Manuel Pico como Paolo, criado y Anna Nácher como Brígida, criada. 

En tal época, la mujer accede a un nuevo papel social con su acceso al trabajo y al derecho al voto, aspecto que Vasco aprovecha para reivindicar la lucha por la igualdad de derechos de la mujer que recae sobre el personaje  de Giacinta, al reclamar su derecho al libre albedrío. Giacinta no se casará sin el consentimiento de su padre, pero pactará el tipo de relación que desea con su futuro marido.

La otra cara de la moneda de aquellos felices años 20 no tardará en aparecer. Se dispara el nivel de endeudamiento familiar, el cierre de las empresas y un elevado déficit en España, todo ello agravado con la falta de cobertura social que proteja a los desempleados, todo debido al crack en Wall Street. Vasco refleja esta situación, aprovechando la denuncia de Goldoni sobre los aspectos más sintomáticos de la sociedad burguesa de su tiempo y los enlaza con su propuesta, denunciando los comportamientos de evasión de la sociedad creciente burguesa de los años 20. Señoritos que, sistemáticamente, utilizan a sus criados para conseguir que les fíen la comida, la bebida, los caballos y los vestidos de última moda del verano, hasta el punto de pedirles prestado a los mismos con el fin de pagar por adelantado a aquellos que ya no les fían. Es el caso de Leonardo (Rafael Ortiz), pretendiente de Giacinta y Vittoria, hermana de Leonardo (Mar Calvo), acérrima rival de Giacinta. El enredo queda servido entre amos y criados que juegan a ser amigos en tiempos difíciles, un juego triangular confuso, incluso para Filippo, padre de Giacinta (Jesús Calvo), sobre el que pesa otro de los aspectos de la debacle económica, como rebajarse a pedir dinero prestado a una mujer, Fulgencia, la viuda rica e influyente (Celia Pérez), con la que mantiene una relación secreta, pero que le ayudará a costear vacaciones y caprichos de su hija Giacinta.  Y para poner la guinda al enredo, no faltará el personaje de  Ferdinando, parásito (José Ramón Iglesias) que vive a expensas de los otros, por razones obvias. 

Nos encontramos ante una propuesta en la que todos estos aspectos políticos, económicos y socioculturales son jugados a través del género metateatral en el que Eduardo Vasco, traslada tal problemática al patio de butacas generando un proceso autorreflexivo sobre una sociedad con graves problemas de identidad y carencia de ideales como espejo del teatro decimonónico español, burgués y de evasión, contrario a cualquier tipo de renovación, reflexión tras la que subyace una ácida crítica a la sociedad y al teatro de esa época. 

Eduardo Vasco, apunta a su objetivo, rizando el rizo sobre el desfase teórico-práctico del teatro de los años 20 en España. Para ello utiliza recursos que denuncian la falsa naturalidad de los actores en escena, como  las risas sobreactuadas, los secretos a gritos, la pretendida alegría o tristeza de los personajes, el exceso de comentarios al público, el abuso de los agudos y chistes sin gracia, junto a todo tipo de anacronismos. Así, consigue  crear un bestiario vivo o viviente que alude a los actores, directores y dramaturgos inscritos en la obsolescencia teatral de los años 20. Y lo hace a través de una puesta en escena sólida y crítica que se traduce en una  reflexión estética desde el teatro burgués de los años 20, hasta el estado actual de la cuestión. ¡Bravo por las actrices y actores!

Del 21 diciembre de 2023 al 28 enero de 2024 en Naves del Español en Matadero / Sala Max Aub (Nave 10)

Ficha artística De Carlo Goldoni Versión y dirección Eduardo Vasco. Con Rafael Ortiz como Leonardo, Elena Rayos como Giacinta, Jesús Calvo como Filippo, padre de Giacinta, Mar Calvo como Vittoria, hermana de Leonardo, José Ramón Iglesias como Ferdinando, parásito, Alberto Gómez Taboada como Guglielmo, caballero, Celia Pérez como Fulgencia, viuda, Manuel Pico como Paolo, criado, y Anna Nácher como Brigida, criada. Diseño de espacio escénico y atrezzo: Carolina González. Diseño de vestuario Lorenzo Caprile. Diseño de iluminación: Miguel Ángel Camacho. Adaptación y composición de canciones Eduardo Vasco Ayudante de dirección: José Luis Massó.  Una producción de: Teatro Español y Noviembre con la colaboración  de la Comunidad de Madrid Duración: 90 minutos

Deja una respuesta