TAN SOLO EL FIN DEL MUNDO: la familia y otros posdramáticos

Críticas, España

Por Javier Ortiz (Gestor y Productor cultural) / 4 de diciembre 2023

Jean Luc Lagarce es un viejo conocido de los teatreros de mi generación gracias a la compañía Metatarso, que montara en su día Yo estaba en casa y esperaba que llegara la lluvia y una excelente Historia de amor (últimos capítulos), y a la RESAD, donde sobre todo Charo Amador ha recurrido a sus textos en no pocas ocasiones. Israel Elejalde monta su obra más conocida Tan Solo el fin del mundo y saca al autor de las catacumbas del teatro alternativo o educativo para ponerlo en el lugar que le hubiera correspondido hace ya 30 años.

El texto es un ejemplo del primer teatro posdramático, centrado más en el discurso que en la acción, en la búsqueda de la palabra exacta y donde los personajes existen más como función —madre, hermano, hermana, cuñada— que como individuos, con lo que venía llamándose “circunstancias dadas”. La peripecia es mínima: Louis, de 34 años, regresa a su familia para comunicarles la inminencia de su muerte. El recibimiento de la familia, lejos de convertirse en un feliz encuentro, se transforma en un ajuste de cuentas. El texto es muy bueno, pero ni sobrecoge ni emociona, ni siquiera gracias al buen trabajo de todo el reparto, en parte porque el tema de la familia como origen de traumas y opresiones ya se ha convertido en un lugar común en otras formas artísticas (Festen, Agosto, Tenemos que hablar de Kevin…) y desde luego en todo tipo de terapias, y porque los recursos dramatúrgicos a los que recurre Lagarce, transgresores en su generación, han sido superados (o simplemente sustituidos) por la autoficción y la narraturgia que son la ¿nueva? tendencia en el teatro. Los propios Kamikaze habían explotado ya esta vía en el teatro de Pascal Rambert, de modo que para los seguidores de la compañía este espectáculo no es sino una línea continua dentro de sus propuestas habituales, aunque el texto sea de una calidad extraordinaria.

Todo es correcto en el montaje: el espacio, las luces,… Da gusto ver al elenco sostener larguísimos y contundentes discursos con precisión y acierto, la presencia de Eneko Sagardoy le sitúa en un lugar diferente al resto y propicia ese extrañamiento de quien regresa a una comunidad que ha sido la suya pero cuyos rituales le resultan ya extraños, pero al igual que Louis, el mundo se ha movido, y la obra ya no ataca la línea de flotación de la sociedad bienpensante, sino que es una propuesta más entre otras parecidas, quizá porque ha cumplido su función primera y se ha convertido ya en paradigma dominante.

La dirección de actores de Israel Elejalde también es buena, pero no se entiende el recurso al excelente Gilbert Jackson para desdoblar al protagonista, y no encuentra en las proyecciones o en las máscaras una puesta a punto que devuelva al texto su actualidad primera. En definitiva, un montaje correcto de un gran texto poético al que el tiempo ha quitado mordiente.

Teatro Español (Madrid) del 29 de noviembre al 7 de enero. https://www.teatroespanol.es/tan-solo-el-fin-del-mundo

FICHA TÉCNICA. Autor: Jean-Luc Lagarce / Dirección: Israel Elejalde / Traducción Coto Adánez. Con Irene Arcos, Yune Nogueiras, Raúl Prieto, María Pujalte, Eneko Sagardoy y Gilbert Jackson / Diseño espacio escénico: Monica Boromello / Diseño de iluminación: Paloma Parra / Diseño de sonido: Sandra Vicente / Diseño de vestuario: Sandra Espinosa / Composición musical Alberto Torres / Diseño de videoescena: Pedro Chamizo / Producción ejecutiva (Teatro Kamikaze): Pablo Ramos Escola / Dirección de producción (Teatro Kamikaze): Aitor Tejada y Jordi Buxó / Ayudante de dirección: Toni García / Una coproducción de Teatro Español y Teatro Kamikaze.

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