HOMO AUSENTE o la hipocresía asintomática de las nuevas masculinidades

Críticas, España

Por Begoña Frutos (RESAD) / 16 de Marzo de 2024

Este mes de marzo tiene mucho que celebrar. Además del Día del Teatro se amplía la oferta cultural relacionada con el 8 de marzo poniendo a nuestra disposición esta obra de Laura Rubio Galletero sobre la tesitura de un hombre que se plantea cuál es su papel en relación al feminismo. Ya previamente al monólogo de Esteban, personaje interpretado por Pablo Huetos (actor de siempre y aventado en el teatro de compromiso), al entrar en la sala para acomodarnos nos encontramos unas voces de mujeres relatando su experiencia con la obra la noche anterior y que enmarcan al espectador en el contexto de lo que se podrá ver después. Mientras tanto, y aún dentro de este prólogo, Esteban se afana empacando las pertenencias de su padre, que luego se nos explica que se ve forzado a una mudanza, y recoge sus propias referencias culturales (DVD’s y CD’s de los años 90), cuyos contenidos seguían vendiendo las formas tradicionales de masculinidad. Nos encontramos dentro de una especie de piso industrial, con una escenografía impersonal de tonos oscuros y amarillentos y acompañados también de un personaje sentado y vestido completamente de un amarillo chirriante que parece recién salido de la habitación roja de Twin Peaks: un confidente que hará las veces de director musical interviniendo con canciones y fondos sonoros a propósito de la acción.

Foto por Begoña Frutos

A través del prólogo y entre acordes musicales de Julio Iglesias y Dirty Dancing, Esteban nos revela sus reflexiones acerca de la corresponsabilidad, la violencia y los cuidados por parte de los hombres hacia aquellas tareas que han sido adjudicadas tradicionalmente a las mujeres. Su propia mujer se ha marchado temporalmente por cuestiones laborales (aparentemente con todo su apoyo y comprensión). Él ha quedado al cuidado del bebé de ambos. Durante los primeros 15 minutos Esteban argumenta frente a sus amigos que no se siente parte del sistema patriarcal y machista. Parece que nos habla y hasta comparte situaciones masculinas que rechaza y trata de mostrarse como pseudo arquetipo de una nueva masculinidad. Sin embargo, no aparecen momentos de empatía y amor con el bebé que duerme en la habitación de al lado (incluso nos desliza un incidente en el parque donde llegó a extraviarlo durante un buen rato) y vamos conociendo también que su padre se ve forzado a mudarse a una vivienda en régimen de co-living al no recibir tampoco ayuda ni afecto suficiente por su parte.

Con una comicidad ligera, relata los tópicos de las tareas del hogar, la no violencia, ganar igual que su compañera, etc. Sin embargo, si vamos ampliando el objetivo de lo que captamos en Esteban, denotamos una mirada individual donde las diferencias estructurales siguen siendo grandes y donde le trasciende un pseudo-feminismo o masculinidad cómplice en los que, considerándose igualitario, no sufre la desigualdad ni realmente se la cuestiona. 

En la obra se van encontrando también a nivel dramatúrgico demasiadas historias y anécdotas superfluas que nos distraen de lo importante y se transita de una idea a otra con cierto pensamiento ideo-fugitivo: mastitis, Dirty Dancing, parques de niños, parques de bolas, las películas de su niñez… Demasiada verborrea que desvía de lo importante. También el foco de comunicación se confunde en ocasiones con sus amigos, con el publico y con sus propias reflexiones.

A propósito de unas lentejas, Esteban comparte con nosotros un episodio machista de manual junto a su padre y su abuelo, con desenlace final de suciedad que acaba por supuesto enmendando la abuela. Y también su recuerdo de la primera vez que vio la película ET, emocionado junto a sus amigos ante la aparente muerte del extraterrestre en el hospital de campaña, momento de posible salto emocional y de posibilidad de compartir sensaciones íntimas con iguales que, por contra, queda completamente embarrado con el eructo de uno de ellos y con las carcajadas irreverentes de todos arruinando la emoción. Estas referencias pueden resultar algo divertidas, si bien acaban resultando anécdotas antiguas y casposas.

Cuando parece entrar en crisis acerca de quién es y de qué rol juega como hombre en esta nueva era donde la revolución está siendo de genero, vemos que muchos de los problemas de Esteban van ligados a una masculinidad enraizada en problemas emocionales, biográficos y de formas de apego. Aun así, Esteban sigue hablando de tópicos, como cuando imita el acento de los argentinos o relatándonos su llamada a una mujer con la que tuvo una aventura de una noche sólo para volver a incomodarla torpemente de nuevo.

Tal visión de las nuevas masculinidades nos aporta un concepto y un enfoque marcados por el desconocimiento. Las mujeres hemos tenido una adjudicación social y hemos sido subsidiarias de todas las situaciones impuestas por la jerarquía severa e inflexible de los hombres. Un abordaje de las nuevas masculinidades debe pasar por una reflexión y filtros más profundos y estructurales que los obvios, ancestrales y hegemónicos que muestra la obra. Faltan referentes públicos reconocidos socialmente, personas reales con nombres y apellidos en los que vernos reflejados para identificarnos sinceramente con este nuevo modelo de masculinidad.

Esteban es un tipo de hombre que causa rechazo y es un dinosaurio a extinguir: nosotras no venimos ni vamos ya a ser las madres de ellos. Pese al tono de comedia, se habla desde un punto de vista superficial y se justifican actitudes y reacciones con respuestas comunes como “que les educaron así”. O que el propio entorno vivido en generaciones anteriores provocaba el rechazo de las emociones, se les arrugaba pronto la pena y, frente a un momento emotivo, alguien se tiraba un eructo y se solucionaba el tema. Esteban sigue desmontando ante nosotros los escasos enseres de su padre mientras se desmonta a la vez a sí mismo.

Las mujeres y los hombres deberíamos cambiar nuestro relato para convivir de igual a igual, al tiempo que indagar y rechazar ese machismo encubierto de un feminismo masculino. El concepto de nueva masculinidad se enlaza con el deseo de muchos varones de crear y vivir en una sociedad ciertamente igualitaria. Ellos están convencidos de que otras formas de ser hombre son necesarias y que para ello requieren cambiar determinados elementos de la masculinidad tradicional.

En Esteban hay destellos aparentes de cambio, pero no son sinceros. Finalmente, revela su pensamiento interior y convicciones en el mensaje de audio a su mujer, quedando completamente desenmascarado. Entre tanto, su bebé sigue a distancia, en la otra habitación, algo y alguien que en el fondo molesta, como su padre, al que finalmente no auxilia, o los amigos que le visitane incomodan, o la ausencia de su mujer para abordar las tareas del día a día.

Tras el fundido en negro asistimos a un epílogo con una especie de asamblea de espectadores para emitir e intercambiar opiniones y recoger nuevas grabaciones para la función del día siguiente. Sin embargo, resulta realmente un momento anticlímax y nos vuelve a distraer de lo que debería ser el discurso principal: abandonar la sala impactados y reflexionando acerca de lo visto y vivido.

Podemos imaginar que el género se hace, que no somos únicamente masculinos o femeninos, sino que representamos la masculinidad y la feminidad, que el género también se encuentra fuera de los cuerpos. Podemos cerrar con el deseo de que los nuevos modelos masculinos que surjan no se conviertan también en hegemónicos.

HOMO AUSENTE. Sala Cuarta Pared (Madrid) del 14 al 30 de marzo de 2024.

Ficha Artística. Interpretación: Pablo Huetos / Música y Espacio sonoro en directo: José Pablo Polo y Fernando López-Andújar / Dirección escénica: Íñigo Rodríguez-Claro / Texto y dramaturgia: Laura Rubio Galletero / Ayudante de dirección: José Juan Rodríguez / Escenografía y vestuario: Alessio Meloni (AAPEE) / Ayte escenografía y vestuario: Juanjo González Ferrero (AAPEE) / Realización escenografía: La caverna del Érebo (Óscar Muñoz) / Agradecimientos escenografía: Javier Ribera / Iluminación: Sergio Torres (AAI) / Asesoría de movimiento: Iris Muñoz / Foto & diseño: Javier Naval / Producción y distribución: Pablo Huetos.

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