YERMA: el precio de no poder ser madre, hoy

Por Javier Ortiz (Gestor y Productor cultural) / 28 de febrero de 2024 

Tiene mucho sentido esta Yerma de La Dramática Errante que, “sin tener una palabra de Lorca”, como reza su publicidad, sigue manteniendo los temas presentes en el original e indaga en la maternidad y en la obsesión desde un punto de vista contemporáneo. La trama nos traslada a un entorno urbano donde Ella es una reconocida artista casada con Jon, un ejecutivo de éxito siempre de viaje. No les falta de nada y su vida fluye hasta que, en un momento dado, esta pareja, como muchas otras, se plantea la posibilidad de tener descendencia. A partir de esa decisión de ser madre biológica, que se revela imposible, Ella inicia una bajada a los infiernos que se lleva por delante todo lo que creía tener: su carrera, sus relaciones, el amor y su cordura. En la obra, además de los problemas propios de la pareja, María Goiricelaya saca a la luz temas habitualmente silenciados como el callado sufrimiento de estas parejas, la culpa y la impotencia, el negocio de los tratamientos de fertilidad, la incomprensión, y la obsesión a la que se puede llegar en el intento de querer experimentar algo que se da por hecho hasta que la naturaleza lo niega. Los personajes que rodean a la pareja permiten oxigenar la trama y completar el dibujo a través de la madre de Loli Astoreka, trasposición de la vieja de Lorca, que, desde la experiencia, habla de una maternidad de otro tiempo y se luce en los momentos cómicos; de la hermana interpretada por Leire Orbe que, a pesar de ser madre, tampoco lo tiene fácil, y del Víctor que encarna Unai Izquierdo y que con su sola presencia hace más patentes las ausencias del marido.

Aitor Borobia compone también un Jon creíble, pero quien se lleva la función es Ane Pikaza, que da vida a su personaje con un compromiso y una entrega ejemplares. A través de su interpretación, pasamos de la identificación con Ella al progresivo horror de su caída, y la vamos dejando sola mientras ella se va aislando en su obsesión. La calidad de su trabajo va más allá de lo técnico: hay una humanidad en el dibujo de su personaje que atrapa y nos produce la catarsis en ese final inevitable pero al que se asiste con incomodidad. La dirección de María Goiricelaya ha optado por un naturalismo alejado de la tragedia rural de Lorca, sin renunciar a una propuesta plástica que aprovecha las cualidades de ilustradora de Ane Pikaza para plasmar visualmente el periplo del personaje y reivindicar a las artistas que, como Paula Bonet, han sufrido el rechazo al que las ha llevado reflejar este universo en su obra. Goiricelaya está presente siempre sin hacerse visible y deja que la trama se desarrolle sin imponer su visión, dejando que sea el buen trabajo del equipo el que la confirme como una de las directoras más interesantes del panorama teatral.

Es un raro placer encontrarse con una propuesta con este nivel de riesgo, que se atreve con Lorca sin traicionarlo, que plantea preguntas sin imponer respuestas, y que rompe silencios y resuena en quienes han pasado por una experiencia parecida, a la vez que despierta la empatía de quienes han tenido la fortuna de no tener que enfrentarse a una situación similar. La Dramática Errante confirma con este montaje su compromiso político y social, y su rigor para eludir muchas de las trampas del teatro actual y ofrecer montajes con una profundidad y una calidad que hacen que el público no salga indemne. Es una pena que haya tardado tanto en encontrar un hueco en nuestra cartelera.

Yerma de La Dramática Errante. Teatro Fernán Gómez (Sala Jardiel Poncela). Del 8 al 25 defebrero de 2024.

Dirección y dramaturgia: María Goiricelaya / Versión en euskera: Patxo tellería / Ayudante de dirección:Eider Zaballa / Asistencia de producción: Beatriz Rodríguez / Elenco: Ane Pikaza, Aitor Borobia, Loli Astoreka, Leire Orbe y Unai Izquierdo / Escenografía: David Alcorta / Visuales: Gheada Studios / Vestuario: Daniel F. Carrasco / Diseño de iluminación: David Alcorta / Música: Zabala / Espacio sonoro: Ibon Aguirre / Producción: Sala BBK / Distribución: Portal 71 / Compañía: La Dramática Errante