Claudio Rodrigo y el mito de “Juan Moreira” en marionetas

Argentina, Reseñas

Jorge Dubatti (Director Instituto de Artes del Espectáculo, Universidad de Buenos Aires, Argentina) / 20 de mayo de 2021

Uno de los aportes más relevantes del teatro rioplatense a la cartografía de la escena mundial es la gauchesca. Como señalaron tanto Jorge Luis Borges (“La poesía gauchesca”, Discusión, 1932) como Ángel Rama (Los gauchipolíticos rioplatenses, 1976), no se trata del teatro hecho por gauchos, sino de una producción de artistas urbanos, en su mayoría letrados, no-gauchos, en la que –como en la poesía– se les dan la voz y el protagonismo a los gauchos desde su propio ángulo de afecciones, desde su cosmovisión, intereses y reclamos. No hay que confundir, en consecuencia, teatro gaucho y teatro gauchesco. La gauchesca teatral implica la fundación de una convención poética letrada, la construcción de un artificio lingüístico, y no la práctica del habla natural de los gauchos. Los orígenes de la gauchesca teatral van de la mano del nacimiento de la literatura gauchesca oral en las últimas décadas del siglo XVIII: incluyen tanto el sainete gauchesco “primitivo” (El amor de la estanciera, Las bodas de Chivico y Pancha, El detalle de la acción de Maipú y otros), como aquellas situaciones de oralidad en las que se interpretaban corporal, convivialmente los textos de Juan Baltazar Maciel o los “cielitos” y los “diálogos” de Bartolomé Hidalgo (y el amplio conjunto de expresiones que Jorge B. Rivera compiló y analizó en La primitiva literatura gauchesca, 1968), en fiestas, fogones, bailes y patios criollos, no sólo en los escenarios formalizados. Existió en la gauchesca una fuerte porosidad entre teatro convencionalizado y teatro liminal, es decir, entre arte y vida.

Foto por Fotografía por Lucía Suárez 

La definitiva consolidación de la gauchesca teatral se produce en el Río de la Plata el 2 de julio de 1884, cuando en el Politeama Argentino (ciudad de Buenos Aires, en la esquina de la Av. Corrientes y Paraná), en el cierre de una función “monstrua” del Circo de los Hermanos Carlo, se representó por primera vez la pantomima Juan Moreira, adaptación escénica de la exitosa novela-folletín de Eduardo Gutiérrez, con José “Pepe” Podestá en el rol protagónico. La idea de llevar al teatro la novela Juan Moreira habría surgido del mismo Eduardo Gutiérrez, uno de nuestros primeros escritores profesionales, siempre preocupado por generar dinero con su obra; o, según otros testimonios, la propuesta habría sido llevada a los Carlo por Alfredo Cattáneo, agente de la empresa del Politeama, quien previamente habría convencido a Gutiérrez del filón comercial. Conscientes de que para el personaje gaucho no podían valerse de un actor italiano o español, convocaron a José “Pepe” Podestá, quien ya era muy popular por su payaso “Pepino el 88”.

Fotografía por Lucía Suárez 

Desde entonces hasta hoy, Juan Moreira sigue generando acontecimientos teatrales. Queremos destacar muy especialmente un nuevo aporte a esa productividad: la versión en marionetas de Claudio Rodrigo, director y guionista de Juan Moreira, ganadora de la Fiesta Provincial de Teatro 2021. Desde la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, Claudio Rodrigo (integrante del grupo El Dínamo) se apropia del mito de Juan Moreira imprimiendo al texto de Gutiérrez-Podestá (que toma como base) una valiosa reescritura, lo interviene con cambios de diversa calidad y cantidad en los que resuenan matices políticos actuales contra el neoliberalismo. Rodrigo resignifica el mito por tres componentes: la violencia de género, la justicia corrupta y la deuda. Según se explicita, va dirigido al público de niños/adultos a partir 12 años.

Fotografía por Lucía Suárez 

Estrenada en octubre de 2020, Juan Moreira cuenta como manipuladores-actores (a la vista) a Néstor Garay, Joaquín Merones, Federico Braude, Lucia Pérez Martins y Claudio Rodrigo. Completan la ficha artístico-técnica el vestuario de marionetas: Magali Salvatore; la iluminación: Federico Genovés; el diseño de espacio escénico: Claudio Rodrigo; la construcción de marionetas: Claudio Rodrigo; las fotos: Brenda Martínez/Lucía Suárez; la música: Tremor; el diseño gráfico: Pilar Platzeck; la asistencia de dirección: Hilaria Menoyo. La compañía presenta el espectáculo con la siguiente editorialización, significativa para comprender el gesto de recuperación del mito moreirista: “Narra la historia de un campesino criollo de la campaña bonaerense: la persecución de la que es objeto por parte de los hombres que representan la Justicia, su iniciación en el camino del crimen y la correlativa pérdida del sentimiento de integración social. Enfatiza la entereza del héroe, su coraje, su dignidad y su amor por la libertad. Desde las primeras representaciones en el circo de los Hermanos Podestá, convirtiéndose en la pieza fundadora del teatro rioplatense y, convirtiéndola en uno de los éxitos históricos más importantes del teatro argentino, hasta nuestros días, se han realizado una infinidad de versiones tanto en escenarios como en el cine. Esta, nuestra puesta de marionetas, también se remite a la novela original y pretende sumar a la memoria de este héroe popular”. El excelente espectáculo está disponible en la plataforma de teatro independiente teatronet.com y se disfruta plenamente por la calidad del registro fílmico. 

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