Eterno retorno a la fiesta de la Transición: Anatomia d’un instant de Álex Rigola en el Teatre Lliure

España, Reseñas

Alba Saura Clares (U. Autònoma de Barcelona, España) / 22 de mayo de 2021

Fotografía de Sílvia Poch

El estreno de Anatomia d´un instant, el último trabajo de la compañía catalana Heartbreak Hotel, bajo la dirección y dramaturgia de Álex Rigola, se ha encontrado con un contexto terriblemente proclive para ser interpelado por esta obra. En medio de la campaña política vivida por la presidencia de la Comunidad de Madrid, el enfrentamiento entre las diferentes fuerzas, el tono exaltado e incluso las muestras de odio y amenazas experimentadas han sido los verdaderos mítines electorales. Por ello, algunos programas televisivos fomentaban en sus programaciones una reflexión sobre la necesaria búsqueda de un debate menos exaltado y agresivo que, a pesar de las divergencias políticas, sea capaz de dialogar, volviéndose, en muchos casos, la mirada a la transición de la dictadura franquista a la democracia en España. A su vez, hace solo unos días revivíamos el espíritu del 15M en el décimo aniversario de este movimiento ciudadano y popular que despertó a muchos jóvenes a la política, cambió la conciencia y participación en las decisiones estatales y cuya estela sigue interrogando hasta nuestros días sobre las bases de la democracia, el discurso construido en torno a la transición y la necesidad profunda de cambio. Incluso, para convertir la propuesta en aún más oportuna, no debemos olvidar que hace unos meses un grupo de miembros del ejército sacaba un comunicado contra la democracia actual que rememoraba los años de represión militar como un terrible monstruo que regresa para aterrarnos. A todo ello se suma, como bien juega Rigola en su propuesta, la puesta en entredicho en los últimos meses de la labor de la monarquía en España, cuya principal figura, el Rey Juan Carlos I, que se vio reforzada y legitimada desde el discurso construido en la transición, ahora salta a la opinión pública enjuiciada por corrupción y por haber ocupado en beneficio personal su cargo público. Pero ni este escándalo sobre el monarca emérito ni el resto de acontecidos en torno a la familia real, han conseguido desarticular completamente la institución, sino que solo han remarcado la distancia entre quienes ansían un cambio y quienes se aferran a la elección constitucional del 76 y su apoyo a la democracia durante la transición para reforzar su figura. 

A la llegada al Teatre Lliure de Gràcia, el propio Rigola, junto a una de las actrices, Roser Vilajosana, te recibían en la puerta y te invitaban a participar del encuentro teatral y de la fiesta de la democracia. El espacio escénico, con firma de Max Glaenzel, estaba marcado por la ironía que intensificaba la propuesta, con globos de colores, una pequeña marioneta, como un ninot, representando al propio Rey Juan Carlos sentado en una mesa, y una gran pared blanca donde se proyectaba el trabajo audiovisual de la propuesta, de marcado sentido documental, pero que también se descubría simbólicamente como un rocódromo por el que ascender hacia el poder político. 

Extracto de las cámaras TVE durante el 23F

No es la primera vez que Álex Rigola acepta el reto de adaptar una novela para su representación escénica, pero en este caso el trabajo narrativo distaba de las posibilidades que podía ofrecer la afamada novela de Bolaño 2666 y su, para siempre recordable, montaje escénico. Especialmente, porque Anatomía de un instante, como vaticina su nombre, es una novela que reconstruye la historia paralizándola, atrapando el tiempo para situar una profunda reflexión sobre el país desde la fotografía de Adolfo Suárez quieto, sentado, sereno en su butaca, mientras el intento de golpe de Estado de 1981 estaba teniendo lugar en el Parlamento de los Diputados. Javier Cercas publicó esta novela, alcanzando un importante éxito, en 2009 en la Editorial Mondadori. Una recreación narrativa que se asienta en un estilo ensayístico a través del cual recompone los hilos más oscuros del intento, en 1981, de desestabilizar la democracia, no solo por quienes empuñaron finalmente las armas y la violencia, como Antonio Tejero, sino situándose en las cloacas de toda la suciedad que España, en su reconstrucción democrática, venía arrastrando. La metáfora de la novela es esa imagen, ya canónica para el país, en la que Adolfo Suárez se mantiene sentado en su escaño, completamente solo, mientras el resto de diputados se oculta bajo sus butacas de las increpaciones militares. Estaba solo, con dos excepciones: el vicepresidente Gutiérrez Mellado enfrentándose a las fuerzas golpistas, y Santiago Carillo, secretario general del Partido Comunista, esperando sentado como Suárez, con quien tanto había compartido y dialogado en los últimos años, a pesar de pertenecer a ideologías enfrentadas, en la legalización del PCE y el inicio de la vida democrática. 

Fotografía de Silvia Poco

El trabajo dramatúrgico se adentra en una propuesta de teatro documento que elimina cualquier artificio teatral; desaparecen las categorías de los personajes y el tono narrativo guiará la expresión de los cuatro actores en escena, Enric Auquer, Pep Cruz, Xavi Sáez y Roser Vilajosana, quienes irán reconstruyendo, en poco más de una hora de duración, toda la historia, apoyados por el material documental que se va proyectando en escena. A este planteamiento le acompaña el texto compartido en la historia narrada, la ironía, los guiños al espectador que rompen la historia con cierta comicidad, la cercanía de los personajes, las relaciones con el presente y la invitación a la reflexión del espectador, su propia reconstrucción de la transición y los hilos hasta nuestros días. Ese tono narrativo, la cercanía de los cuatro actores, el tempo de charla tranquila que mantienen ante nosotros, encuentra su mirada disruptiva en la puesta en escena, en los tres hombres vestidos con esquimajas de unicornios con la cornamenta de colores que acompaña a la visión de fiesta de cumpleaños infantil de la obra. Solo la actriz vestirá un traje de chaqueta, como representación de Adolfo Suárez; un traje lleva como el propio Rey sentado como marioneta en escena mientras vislumbra toda la narración, de la misma forma que siguió como estratega todas las acciones que tuvieron lugar en ese golpe de Estado. 

Uno de los logros de esta propuesta se sitúa en cómo de la complejidad del tema tratado emana una gran sencillez, evitando la ostentación, proponiendo, como la novela, la reflexión desde el mínimo elemento a una compleja red que nos acompaña por nuestra propia historia y nos permite pensar en las heridas que aún permanecen perennes porque las tapamos antes de saber curarlas. Cuando al final los actores celebraban con Coca Cola la fiesta de la democracia, creo que, si el contexto pandémico no nos impidiera el contacto social, todos nos habríamos quitado las mascarillas para beber, comer unos sándwiches, bailar con la música de discoteca como rito final (que como dice uno de los actores, tanto le gusta al director) y pasarnos un rato moviéndonos, conversando sobre la obra, sobre la política, sobre qué difícil es entendernos, sobre las luces y las sombras de Suárez, sobre el mundo que queremos construir. Y eso es, en definitiva, el teatro, y Rigola lo sabe muy bien. Por eso nos recibe al iniciar la obra, por eso nos ofrece esta versión dramática de la novela de Cercas, por eso vuelve a los escenarios con las ganas del primer día para ofrecer ahora un trabajo aparentemente sencillo, con una gran resolución escénica e interpretativa, con un hondo interés, con mucha necesidad de que fuera realizado. Es una obra idónea para ver en estos días. 

23 F Anatomia d’un instant – Tràiler

A PARTIR DE LA NOVELA DE Javier Cercas AUTORÍA Y DIRECCIÓN Àlex Rigola COMPAÑÍA HEARTBREAK HOTEL INTÉRPRETES Enric Auquer, Pep Cruz, Xavi Sáez y Roser Vilajosana ESPACIO ESCÉNICO Max Glaenzel ILUMINACIÓN August Viladomat VÍDEO Y EDICIÓN DE TÍTULOS Amanda Baqué ESPACIO SONORO Igor Pinto AYUDANTE DE DIRECCIÓN Alba Pujol ASISTENCIA DRAMATÚRGICAAlba Pujol, Alexandre Fons y Melanie Catan PRODUCCIÓN EJECUTIVA Irene Vicente Salas AYUDANTE DE PRODUCCIÓN
Laia Bonet CONSTRUCCIÓN DE ESCENOGRAFÍA Xarly y Ou REALIZACIÓN DE LA PIEZA ESCULTÓRICA Raquel Bonillo VESTUARIO DE ROSER VILAJOSANA Y DE LA ESCULTURA
Berta Riera EDICIÓN FOTOGRÁFICA Berta Vicente DISTRIBUCIÓN Sergi Calleja (Focus) COPRODUCCIÓN HEARTBREAK HOTEL, Titus Andrònic SL y Teatre Lliure CON LA COLABORACIÓN DE Generalitat de Catalunya e ICEC AGRADECIMIENTOS Teresa Pinto y Jacinto Antón.

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